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En la transición 5.0, Assolombarda se opone a la repentina interrupción: "Una decisión inconsistente, una señal preocupante".

En la transición 5.0, Assolombarda se opone a la repentina interrupción: "Una decisión inconsistente, una señal preocupante".

MILÁN – Tras la repentina cancelación de los incentivos de la Transición 5.0, continúan las fuertes reacciones de las empresas y la oposición política. Alvise Biffi , presidente de Assolombarda , uno de los sectores económicos más importantes del país, ha vuelto a poner el foco en el tema de los incentivos para la transición ecológica, financiados por el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR). «El anuncio repentino del Ministerio de Empresa y Made in Italy sobre la cancelación inmediata e inesperada de la Transición 5.0 es una decepcionante muestra de incoherencia con la intención declarada de apoyar a las empresas», afirmó Biffi. «Esta es una decisión preocupante, especialmente dada la difícil coyuntura económica».

La historia de los incentivos 5.0 ha sido turbulenta. El objetivo de movilizar la asignación de 6.300 millones de euros se ha topado con dificultades burocráticas y la naturaleza restrictiva de los mecanismos de elegibilidad del incentivo. «La asignación inicial», argumentan los diputados del Partido Demócrata en una pregunta que retoma el tema, «fue recortada en 3.800 millones de euros por el gobierno, y ahora las empresas que solicitan el incentivo terminarán en una lista de espera, recibiendo únicamente un "recibo de indisponibilidad de recursos"».

La suspensión de fondos ha alcanzado los 2.500 millones de euros restantes para esta medida, pero las solicitudes ya se acercan a los 3.000 millones: por lo tanto, hay quinientos millones en fondos reservados a la espera de nuevas asignaciones. Ante la incertidumbre que atraviesan estas empresas, el ministro Urso intentó tranquilizarlas el viernes por la noche: «Los proyectos se tramitarán según la fecha de presentación, ya que esperamos poder financiarlos con otros recursos que estamos intentando conseguir».

Esta explicación no convence a Biffi, quien cree que la situación crea " un factor más de incertidumbre que penaliza a las empresas que, actuando de manera responsable y dentro del marco de las reglas definidas por el Ministerio, se estaban preparando para utilizar el último período establecido por la medida", que vence a fin de año.

«Las empresas, inicialmente desanimadas por la falta de claridad en las normas previstas en la Transición 5.0, se encuentran ahora ante un cierre inesperado, lo que contradice la necesaria planificación de las inversiones anticíclicas impulsadas para la transformación digital y para afrontar el gran reto de la inteligencia artificial, confirmando así la poca fiabilidad de las medidas propuestas», recuerda Biffi. Añade que se ha traicionado la petición de «políticas estables, coordinadas y accesibles, no medidas intermitentes, para garantizar la continuidad y la transparencia y beneficiar a nuestro sistema productivo».

Davide Faraone, vicepresidente de IV, también criticó la medida, refiriéndose en redes sociales a una paralización "sin previo aviso y, al parecer, sin siquiera notificar al ministro Urso, quien hasta el día anterior había estado invitando a las empresas a presentar solicitudes. Una transición tan torpe que parece más un experimento social que una política industrial".

Las empresas también deben hacer frente al agotamiento de los recursos vinculados a los créditos fiscales de la Industria 4.0, de los cuales 200 millones de un total de 2.200 millones permanecen sin utilizar durante el resto del año.

El presupuesto para 2026 vuelve a cambiar los mecanismos de incentivos , retomando el uso de la palanca de la sobrevaloración de la depreciación, pero esto también para Biffi "ha suscitado más de una duda".

repubblica

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